domingo, 17 de febrero de 2013

Ogbe Roso: La injusta sentencia de Obbatalá




Ogbe Roso: La injusta sentencia de Obbatalá.


Es un hecho comprobado que en Cuba se iniciaron en la religión de los Orishas, sacerdotes de otras religiones y dogmas. Un ejemplo, son los jesuitas; claro su organización lo negará en forma vehemente, pero la compañía de Jesús tiene fama, porque además de conspirar contra sistemas de gobiernos que no le gustan, penetran a otras religiones sin importar que sean paganas, pues la idea es conocer el panteón de Dioses y el culto que le rinden sus adeptos, para así enterarse de sus debilidades y fortalezas. Lo cierto, es que para el agudo observador y estudioso del cuerpo literario de los códices de Ifá de la diáspora afrocubana, no pasa desapercibida la fina huella de masones, racionalistas, gnósticos, astrólogos y sacerdotes de otras religiones, y que para la gran mayoría de esta religión pasa inadvertida. En el signo de Ifá Ogbe Roso, nace la siguiente sentencia: “La maldición de Obbatalá que dijo: El que me haga un daño a mí que nada malo le he hecho a nadie se quedará ciego”. Generalmente cada sentencia en el Ifá de este lado del Atlántico, está respaldada por una historia mitológica afrocubana, pero quien suscribe se cansó de buscar la de esa sentencia de Ogberoso y hasta el Sol de hoy no la ha conseguido. Por eso comencé a investigar en otras religiones una sentencia similar, y por fin la encontré en los hechos del evangelio apócrifo de Tomás, el mellizo de Jesús. En  los hechos del Joshua infante que ese documento narra y que la iglesia ocultó por siglos, que el Cristo mataba por medio de la palabra y por nimiedades, como cuando ocurrió que otro niño jugando lo tropezó y le tumbó, y él se levantó para sentenciarlo a muerte con estas palabras: “No continuarás tu camino”; y es que según Tomás su hermano gemelo, Jesús era un azote para los maestros griegos que su padre José le contrataba para que lo educaran, pues Joshua los desafiaba constantemente, tal y como le contestó a un maestro que no supo explicarle el significado de la letra griega Alfa, lo que él si le explicó claramente y después le espetó las siguientes palabras: “Hipócrita como te atreves a tratar de enseñarme la letra Beta, si no sabes el significado del Alfa”; igualmente una vez, dejó en completo ridículo a unos rabinos que lo acusaron de trabajar durante el Sabbat, pues Jesús estaba haciendo un unos pajaritos de barro en el borde de una fuente de agua, y cuando los rabíes se presentaron con su padre para señalarle la falta de su hijo, este les preguntó: ¿Cuáles pájaros de barro? Y cuando los sacerdotes judíos miraron hacia la fuente, los pájaros echaron a volar. Lo cierto es que esas acciones de Jesús no quedaron sin respuestas, pues su padre, María y él, tenían que abandonar constantemente los pueblos que eran víctimas de las diabluras de Joshua, pues los pobladores siempre iban airados a reclamarle a José las malas acciones de su hijo, y fue en una de esas, que ya cansado José de las persecuciones de la gente, le aseguró a Jesús que lo castigaría severamente, momento en que el pequeño Joshua le respondió a su progenitor: “Sé que esas palabras no salen de tu corazón, pues eres mi padre y por ello no te haré nada; pero a los que me persiguen los dejaré completamente ciegos, pues nada malo les he hecho”.

Es por eso que el signo Ogberoso es un Ifá de la verdad y la mentira, amén de que se recomienda al portador de ese odu que no diga falsedades, pues se le concretarán de una u otra manera, y es que el poder de ese signo de Ifá está en la palabra; pero no crea amigo lector, que en algún momento por tener ese poder, las maldiciones y las sentencias negativas dirigidas a otros no tendrán sus propias consecuencias, pues ya sabemos como terminó a los treinta y tres años el pequeño Joshua, lo que evidentemente ocurrió  por burlarse tanto de la autoridad, pero que después la iglesia católica convirtió la muerte del rabí, en una patraña para hacernos creer que Joshua murió en la cruz por nuestros pecados. Si Luis… ese  judío murió victima de su propia soberbia, tal y como lo asegura nuestro signo de Ifá Oyekun melli. Son muchos los sacerdotes de Ifá, que si se enteran que una persona porta ese signo le sacan el cuerpo; yo personalmente conocí a una difunta ahijada de mi apeterví de ayafá, hija de Shangó, que una vez me contó, que su padrino de Ifá, es decir quien le entregó el Ikofá Fun se le escondía para no atenderla, no contestaba a sus llamadas, y hasta me explicó que no entendía el por qué su padrino no quería verla, pues según ella en ningún momento le faltó al respeto; y es que la difunta no fue la única, pues varias personas con ese mismo signo fueron a tener a mi consulta de Ifá, pues a sus padrinos no les gustaba atenderlos. Ahora quien estas líneas escribe, duda mucho que la base de ese rechazo sea otra historia mitológica del signo que describe a Ogbe Roso como una persona ambiciosa, donde el hijo de ese signo de Ifá queda sentenciado a quedarse en la tierra de los Orishas y no pasar a la tierra de Ifá, pues será un codicioso; sino más bien y tal como lo describe Tomás en su evangelio apócrifo, que la persona en un momento de irá puede maldecir al padrino de Ifá, y seguro que esa maldición se concretará, y ello muy a pesar de que el mismo signo recomienda, que no se le haga daño a los demás para que ello no se convierta en su propia desgracia.  Pero lo fundamental de la sentencia de Obbatalá en el signo de Ifá de los códices de la diáspora afrocubana Ogberoso, parece no tener un fondo de total inocencia, pues algo en contra de otros habrá hecho el hijo de ese signo, que muchos le persiguen para perjudicarlo, pero si alguien desea comprobar lo escrito en el cuerpo literario de Ifá, se dará cuenta de que Ogbe Roso es un Ifá de persecución de enemigos, tal y como la gente de muchos pueblos persiguió a Jesús durante su infancia por las terribles maldades que llevo a cabo, pero él aun así los consideró injustamente  sus enemigos y los dejó ciegos.

Fuente: http://www.ifapagano.org/blog/?cat=4